jueves, 7 de agosto de 2014

"Si yo fuera otra..."

Si yo fuera otra...no habría cometido tantas torpezas y tantos aciertos...habría cometido otros, ni mejores, ni peores...pero como me tocó ser ésta, me toca afrontar el cotidiano bagaje de los días con la perspectiva cambiante de que todo fluye, de que una se construye a diario.

Y en esa constante búsqueda se levan las anclas y el navegar se hace más humano, más sereno, más pura vida, más pasión compartida, porque de eso nacen las nuevos itinerarios y estoy por agradecerle al lobo que me regalara el suficiente dolor como para no volver a transitar caminos gastados, inhóspitos y vacíos de mí. Resulta que esta Caperucita ha resucitado en un mundo de color, y con pasos que deambulan hasta mares desconocidos, hasta es posible que las versiones del cuento sean lo de menos porque ya no hay cuento, sino latidos desconocidos que se asemejan a quien veo en el espejo cada día.

No han sido fáciles estos meses de pérdidas y sustos, de ofertas, de cierres de ciclo, de emociones desbordadas. No. Pero son lo que son: el encuentro con las espadas, las paredes, los dolores, las oportunidades y los amores encontrados en todos los rincones, pero sobretodo en los que me habitan cuando a solas me siento a mirar el mundo desde mis ojos.

"Y ser todas las mujeres metidas en mi piel", y en esa gama infinita dibujar a mano la mejor versión, sin que los efectos colaterales terapéuticos intervengan en el sentir (que sigue siendo libre de hacer lo que le da la gana), más bien reconocer el mérito al tiempo por su capacidad de dejar en sitios nuevos hasta los menos posibles de los imposibles. Encontrando encontrables y dejando a la piel que opine, que se deshaga de tantas soledades atadas en la memoria, para dejarse bañar en aguas suaves a las que poco les importa que el recipiente sea un mar o una bañera...lo importante era el agua, que para eso nos enseña a fluir.

Y de todo eso vivido en pocos meses nace una "otra" a la que escuchar. Ya pasó lo peor, los que se fueron...realmente nunca se irán mientras me habite el amor por ellos. Los que se quedan están acunados en esta época de pasión por la vida...los que ni una cosa, ni la otra...pues nada (nada de nadar, de llegar a algún sitio, pero que cada cual nade su parte ¿eh?)

Mientras tanto escucho una y otra vez la misma canción, creo que es adictiva porque no soy la única a la que genera esta compulsiva manía de regodearse en su belleza. Me desmadejo en el ayyyy final, porque así están las cosas. No se pueden poner diques al mar, es absurdo y a veces que se rompa el dique es la mejor noticia para evitar las aguas estancadas....Ahí la dejo

2 comentarios:

  1. Bella y serena entrada. Es hermoso encontrarte zambulliza en este fluir.
    Le digo "Hola" a esta "otra" y me acomodo en el sillón para escuchar junto a tí a "Marlango".

    Isamar

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    1. Gracias Isamar. Encantada de escuchar el latido de este momento a tu vera...como siempre. Un abrazo

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