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Píldora de Norahdrenalina del programa "Échate un ojito" de Uniradio Jaén emitido el 27 de noviembre de 2013
Parece
ser que algunos árboles, entre ellos el árbol del mango, cuando
sufren largas épocas de sequía empiezan a sufrir un proceso de
estrés que los lleva a perder la esperanza, llega hasta tal punto su
angustia que empiezan a secarse decididos a dejarse morir. Esos
mismos árboles, pese a seguir disfrutando de la luz de la mañana,
de los pájaros que se posan en sus ramas y de los vientos suaves de
las noches templadas van preparando su despedida de esta vida y
empiezan a secarse, pero basta que caigan las primeras gotas de
lluvia para que se impregnen de agua desde sus raíces a sus ramas,
se la beben sin tregua, ansiosos de vida y les renace justamente en
ese momento un afán de supervivencia que les lleva a olvidar su
decisión anterior de largarse. Es
precisamente en esos años, en los que la sequía se ceba en ellos y
quizá por eso, cuando se nutren ansiosos de vida a través del agua,
y sus ramas se pueblan con muchas más hojas, convirtiendo en
frondosas sus copas y lo mejor es que cuando llega la cosecha ésta
es infinitamente más rica y abundante que el resto de años. En
ocasiones también los días parecen una larga sequía pero la lluvia
llega, siempre llega y es entonces cuando más abundante, sabrosa y
colorida se vuelve la vida...justo esas cosechas son las que nos
devuelven la magia de sentirnos vivos, es lo que tienen los árboles
de mango y los humanos, sólo que los árboles no tienen memoria y
los humanos sí, igual es cuestión de tomar nota para recordar que
lloverá aunque sea larga la sequía....me lo contaron desde Costa
Rica...buenos días y buenas noches.
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