viernes, 13 de julio de 2012

Viajes de placer

He arrastrado un concepto erróneo sobre los viajes durante muchos años. Yo me empeñaba en creer que era cierto que un viaje de placer era aquel en el que se sumaban algunos elementos determinados: máximo número de kilometros posibles, máxima cantidad de fotos de lugares emblemáticos, máxima cantidad de comilonas, máximo número de polvos y máximo número de ingestas masivas de alcohol con su correspondiente estropicio o subida de tono anecdótica con la que ilustrar el posterior relato del viaje...
Y no, una con los años y la "sirenidad" no necesita tanta acumulación de externos estímulos para reaprenderse la vida como si fuera un viaje, y los viajes como si fuesen la vida. El caso es que con la que está cayendo, en términos políticos y existenciales, es casi una frivolidad hablar de viajes de placer, pero es que los que de verdad son de placer no requieren de agencia de viajes, de dineral invertido y de recuento posterior....al menos para mí no, ya no.
Este último mes he tenido dos auténticos viajes de placer, el primero me permitió recorrer la zona más occidental del Algarve acompañada por mi Maestra, conocí gentes diversas y austeras capaces de una felicidad intrínseca que dejaría boquiabierto a cualquiera...y tomé nota, recorrí lugares bellísimos y solitarios que no aparecen en ninguna guía así que no hice fotos con lo que gané un tiempo precioso para empaparme de su esencia, tomé "bicas" en bares de obreros que comentaban decepcionados la derrota de su selección en la eurocopa, caminé con muletas por la playa, por el campo, por la ciudad y sin prisa alguna escuché, escuché y escuché, no hice planes más allá de los próximos minutos y entonces descubrí que todo lo que pasaba era perfecto en su momento, que una vez que me apartaba del control de la situación todo acontecía de manera suave, amorosa y llevándome siempre al momento perfecto en el lugar perfecto...entonces empecé a saber que quería decir "viaje de placer"...
Una semana más tarde me fui a ver a unos amigos del alma a Murcia, y se completó mi nuevo concepto de viaje de placer, es ése en el que te esperan con amor incondicional, en el que no hay que fingir nada que no se es y que no se desea, ése en el que no hay que ir al lugar de moda, ése en el que dormir, comer, charlar y reir no tienen horario, ése que te permite sentirte tan fuerte que asumes el riesgo de coger las muletas y meterte en el mar y descubrir que puedes hacerlo sin ayuda liberando así otro miedo de los gordos y puedes celebrarlo con quienes compartes amor, recuerdos, futuro y fragmentos de vida común.
Así que llenaré de viajes de placer este verano, quizá la vida entera, al menos lo intentaré...mucho mejor viajar cuando en el destino te esperan quereres en lugar de monumentos...

4 comentarios:

  1. ¡Qué punto más tierno y bonico! Pero qué PAZ...Y volvemos NUEVOS de ese deambular sin exigencias, pero pleno (que no lleno) de vivencias. Todo en su justa medida.
    Un beso.

    Isamar

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    1. Tú tambien eres siempre un destino perfecto para viajes de placer...Te abrazo

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  2. Qué ganitas tenía de leerte de nuevo, con la evidencia de lo extraordinario de las cosas que importan en la vida. No nos dejes huérfanos de tus entradas tanto tiempo. Te quiere, tu flower.

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    1. Floweeeeeeer de mi alma, gracias siempre por tus palabras y tu confianza. Nos vemos prontito. Muuuuuuuuuuuak

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