martes, 28 de febrero de 2012

Las oportunidades

Es verdad: no siempre bordamos lo que estamos haciendo. Tampoco es tan grave, no se trata de justificar los errores sólo de admitir la importante carencia que tenemos frente a los electrodomésticos ... lo digo porque ellos llegan a esta vida con manual de instrucciones. 
El caso es que se supone que la educación recibida sirve precisamente como guía para avanzar, pero es que esta fluctúa tanto de una generación a otra, de un género a otro, de un lugar a otro, de una familia a otra...que cada criatura humana tiene una manual propio y a veces de caracteres ilegibles.
Unificar criterios puede convertirse en un "adoctrinamiento" (jajajajajaja, me acabo de acordar que ese apelativo ha sido usado por la Iglesia para acabar con la Educación para la Ciudadanía, ni lo voy a comentar: ellos solicos se autodefinen en su terrorismo ideológico), o puede convertirse en una brújula para que cada uno experimente su propio camino, quizá esa sea la clave de la oportunidad redentora que ofrece confiar en valores universales ¿Los Derechos Humanos, por ejemplo? Pero que esa fórmula magistral no sea guía más que para los ciudadanos de a pie, no es demasiado esperanzador para la posibilidad de mejora de la calidad de vida global.
No, no somos perfectos ( o sí, cada cual perfecto en su proceso de aprender), pero reconocer errores es el camino para la mejora. Lo sé: una obviedad...sólo que esa obviedad tiene tan pocos seguidores, que a veces da yuyu pensar en cuantas justificaciones hemos escuchado por parte de quien no es capaz de entender que "evolucionar", "crecer", "ser algo más feliz" pasa por admitir que quedan lecciones en el tintero, dispuestas a mancharnos la falsa impolutez para devolvernos a un camino diferente del esperado...pero no por eso peor.
"Repetir la misma conducta esperando resultados diferentes...es de necios", entonces nace la oportunidad de cambiar el guión, la banda sonora, la ropa interior, el mensaje y hasta la mirada si queremos comprobar en que vereda está la clave que nos acerque a lo mejor de cada cual. No digo que sea fácil, digo que es una apuesta lógica, lúcida y hasta liberadora que sustituye la culpa por la oportunidad (no mencionaré otra vez a los terroristas ideológicos, porque todos sabeis cuanto daño han hecho). Algo así como un poker de ases frente al farol del ego empecinado en no cambiar... pero que cada cual juegue sus cartas como quiera.

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