martes, 21 de diciembre de 2010

Un ratico sin normas...

Lo confieso: ¡ayer me volví terrenalísima!
Hacía aproximadamente medio año que no me acostaba a esas horas infinitas y muchos más días que yo no me había dado al vino. Pero lo hice. Y no me arrepiento. Eso no es preámbulo de que vaya a volver a las andadas, que como su propio nombre indica ya están de vuelta de esos pasos. Por fin me he dado cuenta de que no hay que marcar tendencias por hacer esta o aquella cosa, haciendo elogio al tan repetido mantra que predica que cada segundo es irrepetible. Puesta a desetiquetar tampoco está de más quitarme el miedo a repetir o no repetir, a sentirme avejentada por no salir o canalla por hacerlo. Ayer salí ni con, ni sin precedentes, salí y punto.

Fue una especie de parto, una celebración de haber vuelto de muchas batallas con la aprendida lección de que sólo la confianza en la vida es una victoria que merece la pena, las demás son un desgaste gordísimo y no estoy yo para derroches. Me reí, use la ironía, bailé, me bebí algunos vinos, jugué al billar, escuché, arreglé el futuro político y me reconocí en la voz sensata de jóvenes con lo que trabajé hace años y que me sacaron la sonrisa y los colores con su agradecimiento hacia aquel tiempo. ¡Qué faltica me hacía un ratico sin normas! Y es que -tal y como he aprendido de mi Maestro en el intensísimo taller de este fin de semana- una buena dosis de espiritualidad debe compensarse con una buena dosis de toma de tierra para que el equilibrio no decaiga. Nada en exceso es bueno, ni el pan siquiera.
Mientras me reecontraba con la música familiar del garito de moda y bailoteaba entre turno y turno de nuestra partida de billar, la lluvia bajo la luz anaranjada de las farolas cobraba una belleza sepia, como de foto antigua, y evoqué (sin querer, lo prometo) otras noches mucho más tormentosas y solitarias, no fue mi intención regodearme sino más bien engatusarme con la idea de que aquello ha quedado en su sitio y por fortuna están cerradas las puertas que le permitan el regreso. Ya me sé para el próximo examen de la vida que, como dice Amparanoia en el vídeo que os invito a compartir: "la fiesta que tengo la llevo aquí" (úsese esta frase acompañada de un sencillo gesto que consiste en apoyar suavemente la mano derecha a la altura del corazón).

Lo dicho: lo necesitaba, necesitaba salir de la burbuja y afrontarme de nuevo, no es sano ni honesto estar desentrenada en las relaciones humanas, mientras me dedico a dar cursos de habilidades de comunicación. La coherencia es un bien preciso para mantener la cordura.

4 comentarios:

  1. Lo que daría yo por haber compartido esos vinos y ese arreglo del futuro político de este país!!!( lo de los "bailoteos" por mi parte dependería del número de vinos, que yo soy muy vergonzoso)
    Me alegro del desfase que te has pegado, que todo es preciso.
    Salu2
    ¡ya sabes 3 besos y tú los repartes!

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  2. jajajajajaja ya verás cuando te pille ya.... qué alegría me das
    cuando se tiene el cuerpo pa fiesta... es que no va mal la cosa
    besitos

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  3. A los dos: sacadme de vinos cuando querais!!!!!! Deseandico estoy de espandirme y mucho más de conoceros y poneros cara y voz, que ya está bien!!!!

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  4. Me alegro muchísimo.


    Timbre Plateau

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