miércoles, 31 de octubre de 2012

El alma de las palabras

Anoche, mientras hablaba con mi querida amiga Marisa, usó la expresión "el alma de las palabras", me dejó pensativa y aun le sigo dando vueltas. Realmente la comunicación es lo que nos diferencia de otros seres vivos, saber usarla en el momento adecuado es lo que nos permite relacionarnos con el mundo, expresar nuestros deseos, necesidades y conectar con el otro. Hay momentos en que usarla, exclusivamente para expresar lo que nuestro ego o nuestra mente dicta, puede generarnos una continua pugna con el exterior, lo sé bien. El caso es que si fuéramos capaces de expresar los afectos con la misma intensidad con la que defendemos que un equipo es mejor que otro, que una postura política es la salvación o que nuestra acción es más válida que la del de enfrente...otro gallo nos cantaría y hasta con música de fondo. Pero nos atascamos en lo que dicta la mente y ahí estamos: erre que erre en la búsqueda de expresar lo que pensamos y no lo que sentimos.

Una vez estuve casi un mes sin opinar por prescripción médica, se trataba de conectar conmigo misma al margen de la mente, la verdad es que fue liberador ese estado en el que los conflictos se reducen y permiten que aflore una nueva visión muy muy muy parecida a la paz, entonces las palabras estaban a mi merced y no yo a merced de mis palabras.

Las palabras cuando se dicen "toman vida" y ya es imposible frenarlas, no sabemos que cauce cogerán, ni hasta donde llegarán. Ciertamente hay momentos en que al volcarlas más bien rebosan, y quizá su utilidad sea en ese momento crear una necesaria distancia con alguna situación dolorosa, o con alguien que nos hace daño permanente. Pero por lo general las palabras, si las usamos bien, son el elemento (junto con el tacto y la vista) que nos permiten estar en conexión con el mundo. Saber usar las palabras no es un don, es un derecho del ser humano. Eso sí: manejar las palabras es tan importante como manejar los silencios, forman parte del lote, sobretodo cuando la que quiere hablar es el alma y no la mente. Entonces etiquetar la emoción se vuelve complejo, y pa mí que es mejor no encerrarla en el espacio limitado de lo que decimos, y es que por ejemplo hay emociones, noches, miradas, caricias, percepciones y espacios íntimos que no caben en los catálogos...así que mejor guardarlas en la memoria como lo que son y permitir al alma hablar por otros canales.

Si los humanos fuésemos capaces de hablar desde el alma y no desde la mente, si llegásemos a esa capacidad de entender que no todo vale, por mucho que nuestro ego se empeñe en defenderse, que buscar el conflicto no nos hace más felices, tendríamos a nuestros pies la vida para pasear en ella...pero eso exige de un esfuerzo en el que tenemos que afrontar nuestra propia existencia, al que no siempre estamos dispuestos a acceder. 

Las palabras tienen alma, algunas más que otras, tienen una esencia que puede torturar, condenar, maltratar, dignificar, acariciar, amar, derrochar, ...y mientras escribo estos verbos siento un poco de lo que quieren decir, siento cada una de esas acepciones en mi propia piel...su alma me llega."El enigma de la Mesa de Salomón" venía a decirnos que "cuando le damos nombre a algo ya es nuestro", y es que cuando una silla, empieza a llamarse así dentro de nosotros, empieza a formar parte de nuestro universo interior, su alma ensancha la nuestra, nuestro catálogo del mundo. Yo por eso le pongo nombre propio a mi coche, al GPS, a la prótesis (se llama Gwendoline) en resumen, a las cosas que me acompañan a vivir, sin que eso suponga que dejen de ser cosas...porque lo importante, para mí, es lo humano.

Ojalá supiese hablar siempre desde el alma...todo se volvería más sencillo...aunque no siempre quien está enfrente es capaz de escuchar desde el alma, pero eso ya no depende de mí.
Mientras tanto me quedaré intentando que, ya que "por la boca muere el pez" (y yo soy medio pez, que por algo soy sirena),  y dado que tengo ya suficientes cicatrices, hable el alma de las palabras... y si callan que sea para evitar males mayores, o porque no encuentren forma de explicar la belleza y le den el testigo al tacto...por ejemplo.








7 comentarios:

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  2. Roquísimas querida "anónima", sé lo que dice tu silencio, dice "pa que te metes en ná" ¿a que si? Gracias Ger..Muak

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  3. Pues a mi me ha parecido que has hablado desde el alma...desde la primera palabra hasta la última. Un abrazo Norah!!!
    Con tu permiso lo voy a compartir, seguro que hay por ahí más de un alma deseando leer esto que has escrito.BSSS!!!

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  4. Silencio y Palabra: elementos de una misma melodía. Sabio es el que marca el ritmo, y afortunado el que lo paladea. ¡Qué feliz merienda la de esta tarde! Un beso corazón.

    Isamar

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  5. Precioso Norah...me encanta entrar y encontrame una entradita nueva.

    Un abrazo corazón
    Marife

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  6. Pues yo a esta entrada con alma la voy a llamar verumflordelotoest. Qué bien escribes jamía. Un beso la Telma.

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