viernes, 25 de noviembre de 2011

Confianza

Cuando hablamos de "confianza" en algo o alguien, dejamos que nos inunde una intensa paz, esa que nos permite olvidarnos del asunto, sin más "¡una cosita menos de la que preocuparnos!". 
Lo que nos tiene en un sinvivir suele corresponderse con esas partes de nuestras vivencias que no vemos del todo claras...¿o quizá sí? A lo mejor es que no creemos merecer dicha paz y se nos ocurren un montón de ideas para opacarla, como si así nos librásemos de la "posible frustración" de perder lo que hemos ganado. 
Dice mi Maestro que hay personas a las que parece que le hayan regalado la felicidad, porque no hay riesgos en sus vidas...y otras a las que la vida lleva por derroteros en los que deben construir su felicidad, según él la felicidad de los primeros es frágil porque depende de lo externo y eso puede romperse con un aleteo del destino, pero que la de los segundos es sólida porque está hecha con  cimientos propios capaces de relativizar los tsunamis más voraces. Allá cada cuál con su fórmula, yo sé la que me ha tocado a mí.
Volviendo a la confianza: imaginemos que somos capaces de trasladar esa confianza pacífica a todos los ámbitos de nuestro existir. Resulta que si no hay amenaza de pérdida, esa paz se consolida en el hit-parade de la búsqueda de la felicidad ¿y eso cómo se conjuga? Dándole sentido y aprendizaje. Osea que si confías en que lo que pasa te lleva a un descubrimiento aplicable, te generará la confianza en que nada es casual, y de esa alerta vital surgirán caminos nuevos basados en una bella magia de los momentos.
Esta mañana me he dado cuenta de que llevo siete meses sin pasar por la máquina de resonancias y casi lloro de la emoción. Es cierto que camino como las muñecas de famosa, que la prótesis pesa, que todo se ha vuelto lento y que hay muchas cosas que no puedo hacer aún...pero puedo dormir sin soñar con quirófanos, puedo reinventarme cada día, puedo sentir que cada día elaboro un fragmento de los cimientos de la confianza en la vida...A veces la construcción de la felicidad es pura artesanía sutil, pero preferible mil veces a la "burbuja inmobiliaria" de las hipotecas de felicidad regalada a precio de desconfianza y tarjeta de crédito.

4 comentarios:

  1. Bien por ti, Norah, la felicidad hay que currársela. Qui non lavora no fa l'amore, dice Adriao Celentano.

    Entrocomo anónimo pero soy José Luis Ibáñez.

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  2. Hola linda:
    Vuelves a alegrarme la tarde. Siento tu entrada de hoy muy cercana. De hecho ha vuelto a mi vida una "causalidad" curiosa...Muchos besos.

    Isamar

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  3. ME ENCANTA LO QUE HAS ESCRITO. ERES GENIAL. ME QUITO EL SOMBRERO ANTE TI.

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