domingo, 28 de agosto de 2011

RESET

No se puede vivir con miedo, porque el miedo ensucia el alma.
Sé muy bien lo que me digo porque me he pasado media vida pendiente de que los miedos no me paralizaran, aunque eso no quiere decir que no me hayan hecho cometer torpezas. Quiero creer que a todos nos pasa, que todos tenemos miedo a algo, ya se sabe "mal de muchos,..."
Lo cierto es que, como llevo desde la adolescencia afrontando miedos, una acaba por entender que no se superan hasta que te plantas cara a cara con ellos, y si no lo haces tú, lo hacen ellos. Miedo al rechazo social por elegir a quien metes en tu propia cama, miedo a que se reproduzca el tumor, miedo al quirófano, miedo a perder la pierna, miedo a que te deje tu pareja...y un día van y se te plantan delante y te retan, cuando menos lo esperas, así sin medias tintas, ya no hay más remedio que afrontarlos y esperar a ver lo que queda después.
Cada día nos encontramos en algún momento con algún miedo, unos son propios y otros son adquiridos en nuestro aprendizaje en la relación con otros. Hay que saber distinguirlos porque los que son de otros son más fáciles de quitar una vez se detectan, pero igual de paralizantes si se nos cuelan en los nuestros. Por ejemplo a mi madre le dan miedo las salamanquesas y, después de años mirando a esos animalillos con pavor, me dí cuenta de que ese miedo no era mío ¡qué liberación! Cuando ese miedo es por cuestiones cómo el que dirán, lo que pasará mañana, lo que opinará no se quién de lo que he dicho...es más peligroso porque nos hace dudar de nuestra propia valía como personas ¡y eso sí que no! ¡hastá ahí podiamos llegar! bastante tocada anda la autoestima de cada cual por miedos propios, como para que se la contaminen las inseguridades ajenas. 
En esas andaba yo esta tarde cuando me he dado cuenta de que afrontar mis propios miedos, quitando los ajenos, me ha liberado. No sólo por lo que tiene que ver con la mejoría de mi estado físico, por quitarme el miedo a las revisiones o porque me sienta más segura con las muletas, sino sobretodo porque mi miedo a estar sola está desapareciendo. Una vez más algo que no elijo se está convirtiendo en una master class de supervivencia. Hasta hace relativamente poco tiempo no concebía la soledad como un camino para crecer sino como un periodo transitorio. Ahora me espera toda una vida sin miedo por delante;  ahora suenan las músicas que me dicta el alma sin explicaciones; ahora me reconozco en las palabras de mis amigos y amigas de todas las épocas y lugares; ahora me reconstruyo sin sentir que daño a nadie; ahora me depilo las cejas, porque no lo había hecho antes; ahora me ilusiona pensar en hacer cosas mínimas que hacía antes como cocinar, conducir, bajar las escaleras, bailar o coger a Maya en brazos si se cae; ahora me emociona imaginar todo lo que me está esperando y que no puedo ni sospechar: gentes, lugares, palabras y hasta suspiros que me esperan en alguna ciudad aun no transitada.
Para eso ha sido necesario que se me desconfigure el ordenador vital con veinte pantallas abiertas, que le de mil vueltas a como arreglarlo y que no respondan las teclas, que espere minutos, horas y días eternos a que se solventara por sí solo el problema. Hasta que en un instante de lucidez caes en que las teclas control+alt+suprimir reinician el ordenador, eso sí asumiendo el riesgo de perder los archivos, las páginas y los formularios a medio hacer. Da igual ¿Para qué servían si no respondían a nada? Cuando se bloquea un programa a veces hay que pulsar RESET, y con la vida pasa igual, sólo que como generalmente son personas quienes se benefician o damnifican por el programa tratamos de no dañar. Claro que eso no garantiza que nos devuelvan esa misma consideración, pero da igual, no pasa nada porque quizá sin pretenderlo ese reseteo ajeno sea justamente el empujón definitivo para caminar sin miedo por la vida.

8 comentarios:

  1. Ese reset y formatear el disco duro es necesario muchas veces para ayudarnos a seguir adelante dejando atras los miedos....y empezar de cero para poder seguir creciendo como personas
    Animo y un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Vivir varias vidas en una...
    Vivir cada día "casi" de nuevo.

    Pero qué suerte tenemos de aprender y seguir aprendiendo y aprendiendo....

    Un besazo, que no te lo di antes de regresar a Francia.

    ResponderEliminar
  3. Me ha gustado mucho tu reflexión, Norah. Muchas veces me pregunto lo mismo, ¿por qué se acelera el corazón de esa manera? Mil veces me lo pregunto, ¿por qué se dispara tan rápido ese resorte?

    Un saludo

    ResponderEliminar
  4. Y es que hasta los culillos de mal asiento tienen su zona de confort, aquella que conocen a la perfección y de la que tienen de sobra memorizadas todas las posibilidades con sus soluciones correspondientes... en el fonfo todos los egos son unos comodones que sólo buscan apoltronarse en el escaño más alto, ese que simboliza el triunfo de su poder y desde donde controlarlo todo.
    Pero yo sé que sabes que te estás quitando de un plumazo en un verano todos los cinturones de seguridad que te ataban a ese mullido trono que te alejaba del campo de batalla, pero también te imponía unos márgenes de movimiento mucho más reducidos de lo que, digamoslo así, tu culo (inquieto) se merece.
    Un culo apoltronado en la juerga y los excesos no deja de ser un culo apoltronado.
    Un culo apoltronado en satisfacer incesantemente las necesidades ajenas no deja de ser un culo apoltronado.
    Sin embargo, un culo posado en un chaiselongue que busca la forma de salir del apoltonamiento... eso, amiga, es otra cosa...
    Un besazo enorme
    Mazes

    ResponderEliminar
  5. Dejemos de vivir una vida mediatizada por nuestros miedos y los ajenos. ¡Qué difícil!, pero ¡qué lindo!. Un abrazo y mucha fuerza, preciosa.

    Isamar

    ResponderEliminar
  6. Vaya! UNa vez más me puedo aplicar todo el cuento amiga! Epoca de deshacerse de los miedos que paralizan,atan,encorsetan y a los que utilizamos como "muletas"... o excusa.
    Depilarme las cejas es como una meditación para mí ahhhhhhhhhhhh! Cada loco con su tema. Besitos Tom

    ResponderEliminar
  7. J.M. muchas gracias por estar siempre presente y regalarme tus palabras.

    Querido Jesús me doy por besada estés donde estés.

    Ay Yeiza, eso me gustaría a mí saber, pero con el tiempo creo que se aprende a tener la capacidad autodestructiva un poquito más controlada.

    Mazes, jamía que bien lo explicas...eso es: la zona de confort a veces es un talego imaginario que atrapa...gracias por ayudarme a ver claro tantas veces....Muuuuak

    Isamar de mi alma, los miedos a veces necesitan ayuda externa para ser detectados...más de veinte años llevas ayudándome en esa tarea. Gracias mil

    Ay Tom ¡cuanto paralelismo! Si lo llego a saber me espero a verte para depilarme las cejas, jajaja
    Nos vemos pronto...Muuuuuak

    ResponderEliminar
  8. Que bien descrito, nunca lo había visto así.... desde el punto informático-vital...
    Sea como fuere, es bueno saber antes del reset, que todos los programas y archivos, incluso los que hemos instalado por comodidad o por amor, nos han servido y nos han enseñado algo... ahora a aplicarlo sin dejar que los virus, desconfiguren nada de lo que somos...
    No sé mucho de informática, pero yo me entiendo. Espero verte pronto¡¡¡¡

    besos

    ResponderEliminar