viernes, 3 de junio de 2011

LOS IMANES


A veces nos encandilamos con un anuncio, una película, una droga, una bebida, un estilo de vida, un grupo musical, un partido de fútbol, una propuesta intrépida o con sólo una mirada.
Lo dejamos todo aparcado y prestamos nuestra energía a ese objeto de deseo momentáneo al que, sin miramientos ni cálculo alguno,  regalamos nuestros sentidos, quedandonos por tanto ciegos, tontos, sordos y mudos como en la canción de Shakira.
Una nube inmensa rodea nuestro verdadero camino y no vemos más allá de esa propuesta de felicidad inmediata, que nos promete un humo que compramos a precio de oro. Y digo esto porque cuando se pasa la película, el efecto de la droga o bebida, la moda, el partido o la mirada nos quedamos en estado de inacción durante un rato, preguntándonos con cara de bobos ¿y ahora qué? Hasta que llega de nuevo la vida y nos "engancha" a una nueva adicción que nos mantiene en alerta el rato justo necesario antes de la decepción.
Somos seres adictivos porque al ego le gusta sentirse diferente, le gusta controlarlo todo, pero nos olvidamos de algo fundamental: somos seres con capacidad de "imantar", de atraer, de seducir, de creer en nosotros y de buscar los cauces de la felicidad más allá del espejo que nos muestra el mundo exterior. Cuando algo desde fuera nos imanta, nos resta esas capacidades, nos deja en estado de indefensión y nos baja la guardia, nos desmonta, en esencia nos quita nuestro particular don y por tanto nos desimanta, que viene a ser que nos resta la capacidad de atraer desde lo más profundo y no desde la pose social. Luego pasa lo que pasa: es más difícil separar que unir, prueba con dos imanes y verás. (Gran lección de mi Maestro).
Anoche mientras hablaba con una gran amiga desde la época de jugar en la calle (jugábamos a Los Ángeles de Charlie con 5 años), decíamos que la vida es tan interesante que no se puede tomar en serio, porque si la tomamos demasiado a pecho nos abrimos de par en par a escuchar miles de sandeces, a probar miles de sustancias tóxicas, a competir a la vuelta de las vacaciones sobre el viaje más interesante, a estar siempre en una carrera de obstáculos creados para que nos desimanten quienes creen tener razones absolutas. No existen tales, cada cual tiene su razoncilla que le sirve para vivir, para evolucionar, para aportar al mundo o para respirar profundamente y dormir a pierna suelta.
Eso sí, cuidado con los ladrones/as de energía-tiempo-atención que tratan de "imantarnos" porque es su ego el que habla, y el ego no siente amor por nada, y sin amor...¡no hay quien entienda este juego que es vivir! La vida es demasiado corta para prestar tanta atención a los egos ajenos, cuando tener a raya el propio ya es todo un reto.

Siguiendo la estela del ultimo disco de Marta Sánchez os invito a esta canción que explica mu rebien lo que digo, y no me digáis que es romántica: escucha, escucha la letra.


PD: Seguramente paso por quirófano la semana del 13 al 18.

2 comentarios:

  1. a tí querida amiga, no hay quien te quite el arte ese que tienes y que no se puede aguantar!!!
    Nadie puede hacerte sombra, nadie puede dejarte eclipsada por que tú amiga mia eres el sol y la luna a la vez, eres muuu grande, coño pa lo chiquitilla que te parieron!!!!
    mil besos
    te los mereces todos

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  2. Ay que bonico eres! Gracias por tus palabras y por estar cerca, so apañaooooooooooo
    Muak

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