¡Yo soy de Baltasar!

    Ya hace tiempo que decidí que los Presidentes de la República de la Magia no están sujetos a ninguna moda porque visten igual que hace miles de años, -o al menos que los últimos treintaytantos que yo recuerdo- y eso me hace respetarlos por dar seriedad al asunto de la sorpresa y la magia, lejos de lo volatil y efímero de cualquier elemento famoso de los tiempos que vivimos. Son políglotas y cumplen a la perfección con el "donde fueres haz lo que vieres" porque los de mi pueblo tienen un acentazo marteño que es digno de admiración. A eso hay que sumar su intrusión en el recóndito espacio íntimo de cada cual, convirtiéndose el último resquicio de la infancia para los que nos creemos grandes.
    No cabe duda de que no todos son pros, los contras empiezan con su empeño en concentrar en una sola noche toda la ilusión y repartirla estresadísimos, cuando sería mucho más fácil hacerlo poco a poco a lo largo del año, a mí me parecen muy malos gestores de tiempo, la verdad ¿a qué viene tantisimo viaje en tan poco rato? ¡con la falta que hace la ilusión a mitad de enero o a finales de agosto!
   Otra cuestión que me tiene en vilo es la falta de paridad de género, y la falta de elecciones para elegir sucesor/a, a mí Papa Noé no me parece que tenga ni la mitad de entereza y glamour que estos tres elementos incombustibles de la generosidad, y además echo de menos (aunque sea) una portavoz ministerial que dulcifique la imagen desértica de su invernal llegada.
   En cuanto a lo de la interculturalidad estoy muy contenta porque Baltasar siempre ha estado ahí al pie del cañón (aunque lo dejan para el último siempre, al menos hace acto de presencia) representando al 80% de la población mundial que consume el 5% de los recursos. Baltasar es más joven, es más esbelto (yo en algunos sitios que lo he visto podría decir hasta que está bueno), muestra mejor la sonrisa y por alguna extraña razón es el más esperado. En el caso de mi pueblo no es el más joven, pero es el más entrañable, es el que mejor ha captado el espíritu de esta noche y llevo viéndolo envejecer toda mi vida sin que aun sea viejo. Ha sido homenajeado por tratarse del Baltasar más antiguo del estado español y esta noche se lo presentaré a Maya, estoy deseando porque (aunque no me gustan las tradiciones) me entusiasman las personas amables.
Sin duda... yo soy de Baltasar